miércoles, agosto 30, 2006

Costura 4


La obsesión por la tensión que comentaba al principio de la serie suele conllevar, en los constructores avezados, el "tic del tambor": un par de golpes con los dedos sobre la tela para comprobar su grado de afinación. Cuando se construyen varios qajaqs a la vez es frecuente ver a sus propietarios golpeteando qajaqs ajenos. Los sutiles cambios en sus caras muestran, más que el oído, quién va ganando.
En cuanto al aspecto de la costura... el punto es inevitablemente grueso y visible. La regularidad se agradece, pero no evita un aspecto general que he visto definido, con la envidiable facilidad de composición del inglés, como Frankenstitch.

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